domingo, 18 de diciembre de 2011

FRIKI

Anda luumello!!  Es lo que os diría un elfo si llevara mucho tiempo sin veros. Yo, que no soy un elfo, os diré que me alegro de volver al blog, y de que vosotros volváis a leerlo. Como no recordarán, en mi artículo anterior (por llamarlo de alguna manera), se me invitó a escribir sobre ciertos temas. Unos más polémicos que otros, algunos con más jugo que otros, y otros que simplemente eran una auténtica gilipollez. Yo, como soy un cobarde, escribiré sobre aquél que probablemente sea el más irrelevante y el más estúpido. El frikismo (si es que esa palabra existe). También he optado por este tema porque con total seguridad es sobre el que más conocimiento tengo, ya que en muchos momentos de mi vida me veo rodeado por estos seres a los que la sociedad llama frikis. Pero, ¿qué es un friki? Normalmente, el prototipo de friki es aquél adolescente introvertido con granos en la cara, que no sale de fiesta y se pasa el día en casa jugando al ordenador, viendo películas y leyendo libros. Normalmente suelen ser chicos inteligentes, tímidos y vírgenes que sufren acoso escolar.
   Y nada más lejos de la realidad. Actualmente, la palabra hispana friki se usa para indicar a una persona o grupo que presenta interés obsesivo por lo general o por un tema específico, que comúnmente domina o en el que se especializa. Esto es, cualquier persona que se obsesione por algo. Dejémos de llamar friki a alguien que lee a Tolkien. Dejémos de llamar friki a aquél que se lleva 4 horas jugando a World of Warcraft. Por favor, ya que tenemos un amplio vocabulario, utilicémoslo bien. ¿Qué diferencia hay entre aquélla persona que se dedica a ver películas y aquélla que únicamente vive para el fútbol? ¿Por qué es un friki el que conoce los nombres de los personajes de El Señor de los Anillos y no lo es aquél capillita que, con sólo ver de pasada una borrosa fotografía, es capaz de decirte a qué cristo pertenece y quién fue su autor? Por favor, si alguien ve diferencia,  que la exprese con total libertad en un comentario (que ya me encargaré yo de destruirlo con mis recursos lingüísticos).
 A mi me da la impresión de que vivimos en una sociedad que desprestigia determinados gustos. Si un chaval tiene sobre su cama un póster de  Messi, nos encontramos ante un deportista. Alguien que es socialmente aceptado. Sin embargo, otro que tiene un póster de Darth Vader es un friki que no tiene vida. Y como ese podría poner muchos ejemplos. Si cuelgas en tu salón una réplica de Excalibur (la mítica espada del rey Arturo) te tachan de friki. Por el contrario, si vas a un cortijo y su dueño adorna las paredes con cientos de banderillas no le digan friki que se ofende. Simplemente le chifla la tauromaquia. Pues perdonen que les diga, ese tío también es un friki. No empleemos mal un término que nos afecta a todos. Pero eso sí, si lo seguimos haciendo, yo quiero ser friki. Prefiero saber de cine  a saber de semana santa. Prefiero leer libros de fantasía a ver corridas de toros en canal sur. 
   Señores, a todos nos gusta algo. A todos nos gusta algo por encima de todo lo demás. Y a todos nos gusta algo que intentamos conocer a fondo, un rinconcito donde cobijarnos en los malos momentos y las horas pasan como minutos, como segundos. Aquello con lo que disfrutamos de forma especial y nos hace sentir vivos. Dejémos la hipocresía a un lado y abramos los ojos, y podremos observar que hay un pequeño friki dentro de todos nosotros.